
me inspiro en tus palabras y mi casa está en tu piel.
Que tierno amor, mi devoción, viniste a ser mi religión.
Mi dulce sentimiento de nada me arrepiento,
que vivan los momentos en tu boca y en tu cuerpo.
Valió la pena lo que era necesario para estar contigo
amor, tú eres una bendición. Las horas y la vida de
tu lado, están para vivirlas pero a tu manera.
En hora buena, porque valió la pena. Te veo y me
convenzo que tenías que llegar, después de la
tormenta aquí en tu pecho puedo anclar. Y ser más yo,
de nuevo yo, y por bandera mi ilusión. Y mira
si te quiero que por amor me entrego
No hay comentarios:
Publicar un comentario