A mis amigos les adeudo la ternura, las palabras de aliento y del abrazo. El compartir con todos ellos la factura, que nos presenta la vida paso a paso. A mis amigos les adeudo la paciencia, de tolerarme mis espinas mas agudas. Los arrebatos del humor, la negligencia, las vanidades, los temores y las dudas. Un barco frágil de papel parece a veces la amistad, pero jamas puede con el, la mas violenta tempestad. Por que ese barco de papel, tiene aferrado a su timón por capitán, y timonero un corazón. A mis amigos les adeudo algún enfado que perturbara sin querer nuestra armonía. Sabemos todos que no puedes ser pecado el discutir, alguna vez por tonterías. A mis amigos les daré cuando me muera, mi devoción en una corde de guitarra. Y entre los versos olvidados de un poema, mi pobre alma incorregible de cigarra.
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